Trabajar por cuenta propia tiene muchas ventajas, pero hoy vamos a explicarte como puedes gestionar mejor los “inconvenientes” o obligaciones que debes tener en cuenta cuando no trabajas por cuenta ajena.
Mentalidad empresarial como autónomo
Si trabajas como autónomo simplemente pensando en hacer tu trabajo y pagar los gastos fiscales pertinentes estás cometiendo un error. Para sobrevivir debes tener claro lo que quieres hacer, y para ello es muy recomendable realizar un plan de negocio que, aunque no sea muy detallado, te permita establecer tus metas y trabajos a realizar.
Además, es muy recomendable tener cerca a socios o colaboradores que en un momento dado puedan ayudarte (resolución de problemas, vacaciones, accidentes…) y, si estás empezando, procura contar con un fondo de emergencia inicial que te permita afrontar las posibles dificultades relacionadas con el lanzamiento de cualquier negocio.
Conoce tus gastos
Al contrario de lo que sucede con un trabajador por cuenta ajena, como autónomo debes tener claro que parte tus ingresos deberás destinarlos a numerosos gastos que antes no tenías.
En este sentido, debes tener claras tus obligaciones fiscales. No solo los pagos de la cuota de autónomos mensual sino también el pago del IVA trimestral. Para ello, contratar los servicios de un asesor fiscal puede serte de mucha ayuda, especialmente para la obtención de certificados y autorizaciones iniciales.
Recuerda que también tendrás numerosos gastos relacionados con tu negocio. Desde gastos de transporte, hasta material para llevar a cabo tu actividad (vehículo, dispositivos informáticos,…) o compra de productos y servicios de otros profesionales indispensables para, a su vez, poder ofrecer tus servicios.
Gestiona tus ingresos
Deberás aprender a establecer un precio para tus productos o servicios, intentando no caer en el error de ser demasiado barato o de mantenerlos a lo largo de los años, cosa que podría hacer inviable tu negocio a largo plazo.
Escalar progresivamente tus precios, especialmente para nuevos clientes, te permitirá obtener un prestigio en tu sector ya que, supuestamente, con el paso del tiempo sabrás ofrecer una mejor calidad.
Deberás establecer tu modalidad de pago, es decir, decidir si quieres cobrar por horas, por servicio, por proyecto… Y, como no, deberás saber hacer facturas que te permitan cobrar.
Día a día del negocio como autónomo
El día a día supone una serie de decisiones que parecen poco trascendentales pero que pueden afectar tu productividad. Por ejemplo, deberás decidir si el lugar de trabajo es tu propio domicilio o si prefieres un coworking donde, además, puedas hacer networking.
En cualquier caso el networking será imprescindible, siempre procura tener una tarjeta de visita a mano, intentando darte a conocer en tantos lugares o vías te sea posible, esto es desde el colegio de tus hijos hasta la gestión de tu propia página web y redes sociales.
Seguros para autónomos
Otro error que suelen cometer los autónomos de forma frecuente es aceptar más riesgos que el resto de trabajadores. Como autónomo el subsidio por baja, jubilación o desempleo es muy inferior, de ahí la necesidad de contratar un seguro que complemente estas ayudas.
Por lo general, los cinco seguros más necesarios para el autónomo son: el seguro de responsabilidad civil (que le cubre ante daños a clientes), el seguro de incapacidad temporal (para casos de enfermedad o accidente), el seguro de protección de pagos (ante posibles clientes morosos), el seguro de vida (para proteger a los familiares en caso de fallecimiento) y el seguro médico (que complementa las coberturas de la seguridad social).
Si tienes cualquier consulta sobre estos seguros, no dudes en contactarnos, te asesoraremos sin compromiso.